En mi opinión, la educación en contra del maltrato y/o discriminación femenina comienza en el hogar. Se espera que los hijos varones sean fuertes, que no lloren y que las niñas sean más débiles, cuando debemos enseñarles que los hombres también tienen sentimientos y tienen el derecho de expresarlos y que las mujeres pueden lograr todo lo que se propongan. Los padres deben ser ejemplo para sus hijos. Por décadas se ha enseñado que la mujer debe (tiene) que respetar y hacer lo que el hombre diga, cuando el respeto debe comenzar por respetarse a sí misma y este debe ser mutuo. Queriendo decir que ambos deben dar importancia a el sentir del otro y tomarlo en cuenta.